EXPERIENCIAS
MARIANAS
La Virgen María en Medjugorje, nos hace un llamamiento a una conversión profunda a través de sus mensajes los cuales representan una auténtica “Escuela de Amor”.
Los mensajes de la Virgen de Medjugorje, cortos y sencillos, son continuas invitaciones a la oración, el ayuno, la lectura de la Biblia, la confesión frecuente y la Eucaristía. Lo que fray Jozo denominó las 5 piedras constituyen sólo la puerta de iniciación de la pedagogía materna para nuestra vida de cristianos acorde con el magisterio de la iglesia.
Los mensajes de la Virgen van dirigidos a toda la humanidad y pueden tener dos diferentes lecturas:
La que se ha presentado al mundo como Reina de la Paz, nos dice a todos: “Si supierais cuánto os amo lloraríais de alegría”.
El mensaje de Medjugorje se puede leer con dos vertientes diferentes, que finalmente se unirían en una sola:
La primera vertiente es de puertas hacia dentro, es decir, hacia los propios católicos
Sería en este caso, una poderosísima llamada a la conversión del propio cristiano bautizado que, en alguna esquina de su vida, ha dejado olvidadas una serie de medidas básicas: la lectura diaria de la Biblia, la oración diaria en familia o en comunidad, la confesión frecuente, el ayuno corporal y darle la importancia central a la Eucaristía, la presencia viva y auténtica de su Hijo entre los hombres.
La llamada de Medjugorje hace reflexionar a los católicos al leer los mensajes y ver la abarrotada Parroquia de Santiago Apóstol en comparación con otras tantas parroquias vacías, seminarios y conventos cerrados, especialmente en la Vieja Europa. Esta parroquia de pueblo ubicada dentro de un país musulmán está siempre a reventar, que con un programa diario de oración y adoración eucarística, convierte a esta sencilla parroquia en la más activa del planeta.
La Virgen María parece pretender que los peregrinos trasladen a sus comunidades y parroquias de origen la importancia de lo que en Medjugorje han visto y aprendido: la primacía de la oración y de la adoración Eucarística, de la lectura de la palabra y de la confesión y el ayuno. Todo esto se podría explicar como una llamada a la obtención de la paz, no entendida como ente social no tangible, sino a la paz interior de cada persona, origen de toda paz que se transmite de corazón a corazón y que no se obtiene por medios humanos, sino sólo de Dios, a través de los canales de comunicación con Él: oración, Palabra y sacramentos, en el seno de la Iglesia católica, donde estos medios y dones fueron depositados por Cristo y sus Apóstoles.
De puertas afuera, a los no católicos
La llamada de Medjugorje pretende captar la atención, obtener el beneficio de la duda durante al menos un minuto de reflexión sobre el cómo van las cosas en el mundo y en la vida personal de cada uno. Darle la oportunidad a Dios, a ese Dios del Amor que se hizo presente en la persona de Jesucristo, a ser real hoy en nuestros días y en nuestras vidas, a colmar, en medio de los dolores y cruces, un corazón humano que ansía estar pleno ya en esta vida. Entre ambas vertientes existe un puente, una responsabilidad muy grande de los primeros hacia los segundos, ya que la Virgen María pide en Medjugorje oración y ayuno “por aquellos que aún no conocen el amor de mi Hijo”.
Fuente: Sitio Oficial Fundación Centro Medjugorje - www.centromedjugorje.org