EXPERIENCIAS MARIANAS


EXPERIMENTEMOS LAS CARICIAS MATERNALES DE NUESTRA MADRE CELESTIAL


Cuando escuchamos la palabra caricia nos sugiere inmediatamente ternura, amor, cariño. Son sentimientos naturales que toda madre siente por sus hijos. María es nuestra Madre y nos quiere como tal. Nos ha concebido en el momento que aceptó ser la Madre del Salvador. Sus muestras de cariño son constantes y para todos.

Ella es modelo perfecto de entrega, obediencia, fe, esperanza y encendida caridad en la restauración de la vida de las almas. Como lo dijo San Luis María Grignion de Montfort: "Ella es el camino más corto, seguro y perfecto para llegar a su Hijo". Apoyados en esta protección maternal, estamos unidos más íntimamente a Jesús: Mediador y Salvador.

Nuestro mayor objetivo con este proyecto de Experiencias Marianas es trabajar por ser los brazos extendidos de nuestra Madre Celestial. Ayudarla a que más de sus hijos se acerquen a Ella y dar a conocer sus mensajes, llenos de esperanza y amor para toda la humanidad.

Enlistarnos en su ejército de amor y aportar, mediante nuestras obras, al Triunfo de su Inmaculado Corazón. Ven, acompañanos.

mensajes de la virgen


"Queridos hijos, hoy os invito al abandono total a Dios. Todo lo que hagáis y todo lo que poseáis entregádselo a Dios para que Él pueda reinar en vuestras vidas como el Rey de todo. No tengáis miedo porque estoy con vosotros aún cuando penséis que no hay camino de salida y que Satanás reina. Os traigo la paz, soy vuestra Madre y la Reina de la Paz. Os bendigo con la bendición del gozo a fin de que Dios sea todo para vosotros en la vida. Solo así el Señor podrá guiaros a través de mi hacia las profundidades de la vida espiritual.

 

Gracias por haber respondido a mi llamada."

 

25 de Julio de 1995

"Queridos hijos, os invito a abriros a Dios. Mirad, hijos míos, cómo la naturaleza se abre y da vida y frutos; de la misma manera yo también os invito a vosotros a la vida con Dios y al abandono total a Él. Hijos míos, estoy con vosotros y deseo llevaros continuamente a la alegría de la vida. Deseo que cada uno descubra la alegría y el amor que se encuentran solo en Dios, y que solo Dios puede dar. Dios no quiere nada de vosotros, sino solamente la entrega. Por lo tanto, hijos míos queridos, decidíos seriamente por Dios, porque todo el resto pasa pero solo Dios permanece. Orad para poder descubrir la grandeza y la alegría de la vida que Dios os da.

 

Gracias por haber respondido a mi llamada."

 

25 de mayo de 1989

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